Imagina que estás en medio de una sequía, pero encuentras una planta verde y fructífera. ¿Cómo puede una planta prosperar si no hay una fuente visible de agua? Tú podrías ser igual a esa planta, permitiendo que el Espíritu Santo te alimente, incluso en tiempos difíciles. Escucha cómo, en este edificante episodio de Aviva Nuestros Corazones.
Por donde pase el río, Día 3
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