Este capítulo coloca el énfasis sobre el carácter interno del pecado. No solo nos convertimos en pecadores por contacto, pero somos pecadores de nacimiento. Y este capítulo contiene la ley sobre la maternidad, la transmisión del pecado por herencia. La misma naturaleza que heredamos es una naturaleza caída y pecaminosa.
Levítico 12:1-8
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