"Un momento maravilloso en mi vida fue cuando me di cuenta de que no podía vivir la vida cristiana que Dios deseaba para mí de la forma en que estaba viviendo. Repetidas veces intenté orar y suplicar e intenté una y otra vez cambiar las cosas de la forma que yo pensaba, sentía y actuaba, pero cuanto más intentaba ser piadoso, más me sentía un absoluto fracaso". ¿Alguna vez te has sentido así?
El Espíritu Santo
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