Tómate un momento y piensa en algo que haces bien. ¿Eres bueno en tu trabajo? ¿Tocas un instrumento musical? ¿Eres bueno en algún deporte? pero, ¿fuiste bueno desde siempre o esas habilidades se perfeccionaron con el tiempo con practica y repetición? El punto es, la excelencia en cualquierr habilidad conlleva esfuerzo intencional ¿acaso ser un excelente hombre de Dios requiere menos?
Ser un hombre de la Palabra
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