Los cristianos de hoy están inundados en un mar de placeres. Tenemos tiempo para nuestros televisores y películas de sonido envolvente, pero ¿tenemos tiempo para Dios?
El placer, una vida vacía 3
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Los cristianos de hoy están inundados en un mar de placeres. Tenemos tiempo para nuestros televisores y películas de sonido envolvente, pero ¿tenemos tiempo para Dios?