La turbulenta fe de Jacob lo llevó a profundos conflictos con los parientes de su madre, lo que finalmente provocó crueles celos entre sus diez hijos mayores cuando vendieron a su hermano, José, a los ismaelitas quienes después lo vendieron en Egipto como esclavo. En su integridad, se levantó para ser el segundo gobernante de Egipto, todo eso desconocido por parte de su afligido padre, Jacob, hasta que el hambre en Canaán lo obligó a enviar a un grupo a Egipto en búsqueda de comida.
La fe turbulenta de Jacob 1
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