La oración no es contemplación santurrona. Es lo más poderoso que puedes hacer: un acto de guerra contra el enemigo de nuestras almas. Puede experimentar el poder de Dios cuando le preguntas: "Señor, enséñame a orar". ¡La oración es un misil que se puede lanzar desde cualquier lugar!
LA ORACIÓN PODEROSA PT I
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